Aprendiendo a ser padres

Sí! he vuelto a trabajar, aunque no por mucho tiempo porque ya estoy embarazada de 8 meses…

Es que he tenido unos días algo angustiada y muy estresada, que todo me ponía nerviosa y Samu no merece verme así. Supongo que todo tiene su explicación en las hormonas, el cansancio del embarazo, el agotamiento de ser mamá a tiempo completo y quizás también de la rutina de estar casi dos años haciendo lo mismo, (dedicándome por completo a Samu). Sé que está mal y suena fatal decirlo, pero hubo momentos que hasta me cansaba del peque,  no podía responderle como se merecía y en definitiva necesitaba un cambio.

El lunes pasado me reincorporé y da la casualidad que hacía 16 meses exactos desde que había comenzado la excedencia por guarda legal, aunque hacía dos años que no trabajaba, (en el embarazo anterior me habían dado la baja en abril  a los 7 meses de embarazo y vuelvo dos años después embarazada de 8) … Ya sé que no parece muy bien visto, pero es lo que hay, las circunstancias no se pueden cambiar ni quisiera hacerlo, formar una familia es lo mas bonito que nos puede pasar.

Pues nada, que todo ha salido de maravilla, la empresa no tenía ninguna obligación de volver a darme el mismo puesto laboral porque solo se conserva un año, pero me lo han dado igual, mis compañeros me han tratado de maravilla, (con alguna excepción de miradas de gente que no vale la pena), yo me he sentido fenomenal y me ha servido para sentirme mejor, estar mas contenta y olvidarme de los nervios. Y el peque se ha quedado con su padre, que se ha cogido vacaciones, así que hemos intercambiado los roles completamente.

El primer día fue el mas difícil, porque fui sin dormir y llegué con taquicardia y asma, todo debido a los nervios de la reincorporación, pero a la media hora ya estaba a gusto, tranquila y contenta, aunque pensaba en Samu a cada momento, porque jamás había estado separada de él más de 90 minutos.  Tengo la gran suerte de tener el marido que tengo y cada poco me enviaba los «partes» del día de Samu, por lo que me dejaba más tranqui. Toda la semana Samu se despertaba muy pronto, preguntaba por mí y al decirle que estaba trabajando se quedaba tranquilo, (yo le había explicado semanas antes que iria a trabajar, que luego me iría a buscar y que se quedaría jugando con papá), comió algo mejor y se portó de maravilla, (hasta se fueron a un bar a diario a tomarse un aperitivo, cosa que me puso celosa porque nunca lo hice con él); iban al parque, a centros comerciales, paseaban y jugaban muchísimo hasta que llegaba la hora de irme a buscar, (me he cogido reducción de jornada, trabajo de 9 a 15hs) y el primer día al llegar y verme me hizo una sonrisa gigante, me abrazó y me dijo: «Te amo», abrazándome y quedándose apoyado en mí mientras le daba besos, cosa que me emocionó mucho…

Al levantarse tan pronto, está agotado, así que en cuanto llegamos a casa o yo le ofrezco o él me pide «tetita» porque necesitamos esa cercanía que no tuvimos varias horas y se duerme su siesta instantáneamente…

Así que todo fenomenal, aunque lo malo es que físicamente no me hace muy bien, al estar sentada varias horas se me pone muy dura la barriga, no se si son contracciones o qué pero es como que se me queda tensa todo el rato y me duele la espalda, Mateo se mueve tooooooda la mañana como loco, por lo que supongo que estará incómodo… Me despierto muy pronto, casi no duermo y encima me voy en tren, así que estos son lo puntos negativos, porque todo lo demás es positivo.

Ya no recordaba esa brisa fresca de las mañanas, (aunque a veces se machaca con la del humo de los que van fumando), ni lo que era escuchar música en el camino o leer un libro en el tren; comer un croissant caliente recién hecho o tomar un capuccino mientras me voy sentando para empezar el día…

No sé hasta cuando podrá resistir mi cuerpo, pero a mi mente parece hacerle muy bien…Ya os iré contando…