Hoy voy a describir un rato de juego con mi pequenunis, porque he comenzado a hacerlo todos los días mientras oimos su música favorita y la verdad que son momentos mágicos, en donde los dos lo pasamos genial. Lo hacemos siempre antes de que llegue papá, así cuando viene también juega con nosotros.
Estamos sentados en la habitación de Samu. Lo estoy sosteniendo con la espalda erguida porque ya pretende estar sentado con 3 meses, ¡muy pronto para su edad!
Estamos sobre una mantita de juegos muy colorida y mullidita, de esas que tienen cosas de diferentes texturas y hacen sonidos. Encima de ésta se encuentran repartidos todos sus juguetes.
Le voy acercando cada uno de esos juguetes para ver cómo va reaccionando ante los diferentes estímulos.
Primero le acerco una jirafa y le hablo con la voz distorsionada, diciendo que soy la jjirafa “Rafa”; (yo no sé porqué los únicos nombres que se me ocurren para muñecos siempre es la terminación de lo que son), ¡¡que poco creativa!!
El peque se rie. La acerco y la alejo contantemente y cada vez que la acerco se ríe poniendo cara de niño feliz. ¡¡Que me lo como!!!! Luego coloco la jirafa en la alfombra y él la sigue con la mirada, mueve las manos en un intento de alcanzarla, pero no puede. Inclina su cuerpo hacia adelante una y otra vez hasta lograr tocarla, pega un grito y se rie.
Le sigo acercando distintos objetos y se los ofrezco para que los toque, pero Samuel sólo logra agarrar un sonajero de tela blandito que tiene sonidos. ¡¡Y parece encantarle!!
Le acerco un perro de juguete que vibra y luego se lo alejo, coloco al niño boca abajo y Samuel empieza a reptar pretendiendo llegar hasta él pero no puede, por lo que se pone a patalear, gritar y llorar. Lo acerco mas y el bebé se agita, moviendo constantemente brazos y piernas. Sigue reptando haciendo mucha fuerza, acercándose a él, pero se enfada al no poder cogerlo. Como está enojándose, me pongo a cantarle cada una de las canciones de María Elena Walsh que le he grabado, (y que son de cuando yo era pequeña pero me encantan) y él vocaliza, los dos hacemos sonidos y nos reimos mucho rato mirándonos a los ojos.
Luego lo acerco a las paredes de la habitación, repletas de pegatinas y Samu no deja de sonreir y de hablarles a cada una de ellas, siempre mostrando preferencia por las de Mickey.
Llevamos bastante ya y el piqui, (así le digo yo) empieza a quejarse cada vez mas y es que ya hace un par de horas que no toma la teta, por lo que le ofrezco el pecho, y el peque lo toma vigorosamente.
Samuel empieza a cerrar sus ojitos y a dormitar, entonces le acaricio la cabeza, le doy besitos y le canto la canción de: “Manuelita la tortuga”, que es su preferida, él busca mi ropa y la chupa, succionando fuertemente, le ofrezco el chupete y Samu muy nervioso quiere chuparlo pero se le cae, por lo que me empieza a chupar la pera, nariz, ojos y mejilla, hasta que consigo darle el chupete y asi el peque logra domirse. Yo termino toda baboseada pero feliz de la vida, porque verlo reirse, hablar y disfrutar es lo mejor que puedo esperar…
Oct 14, 2011 @ 00:22:41
¡Yo quiero jugar asi! Y vamos a charlar y a divertirnos mucho con mi angelito! Tan lindo escribis que parece que estuviera con ustedes jugando con Rafa y las pegatinas! Los quiero!