Llevar a un bebé de viaje…

Hola a todos!

Aquí estoy de vuelta… Es que he estado de viaje por el norte, en Asturias, de donde es mi esposo para presentar al niño a familiares, amigos y de paso, aprovechar el puente…

Fue la primera experiencia de tantas horas de viaje con el peque, ¡¡y es que tardamos 9 horas!! y eso que no pillamos atasco…

Primero, lo difícil que es saber qué hay que llevar para el peque, ya que «por si acaso» metía un montón de cosas en la maleta que luego no usamos, claro… Que si llovería o no, que si haría frío o no, que si llevar cuna de viaje, sus juguetes preferidos, calcular cuántos pañales usaría por día, etc, etc, etc… La verdad es que mi esposo hizo una verdadera obra de arte en la que todo entró en el maletero…

En fin, el coche hasta arriba de cosas y hasta nos llevamos al perro, (un cocker canela que es muy trasto), porque no somos muy partidarios de dejarlo en una guardería canina, (es caro y vuelve a casa raro), así que partimos toooooda la familia, mascota incluída…

Yo estaba asustada y preocupada por el viaje; pero mi marido en el camino me iba diciendo una y otra vez que no me preocupara, que la A6 es una de las autovías más seguras hasta que al pasar por León vimos un accidente con víctimas mortales y yo me atemoricé aún más…

El viaje eterno. Samu aguantaba entre hora y hora y media y se cansaba, estaba incómodo, quería estirarse y no podía, o estar con mami y no se puede, (o  no se debe). Parábamos a cada rato  para darle la teta, cambiarle y/o calmarle, pero el pobre hizo lo que pudo, porque se durmió 4 siestas tanto de ida como de vuelta, así que también puso de su parte el chiquitín…

Allí toda la familia y amigos/vecinos nos esperaban, por lo que hubo momentos en los que estaba toooodo el mundo alrededor del peque buscándole parecidos, (es igual a su padre) y diciéndole cosas, queriendo cogerle y Samu quejándose por tanto agobio.

Al abuelo se le caía la baba y no quería desprenderse de él, la tía quería tenerlo todo el tiempo en brazos y yo me sentía extraña, como que me faltaba algo, (o alguien), era raro sentirme tan libre y no estar contenta por eso…

Y el peque haciéndole sonrisas a todos, pero también tenía momentos, (por ejemplo cuando era la hora de dormir), en los que buscaba su juguete preferido, (un proyector que se llama Mami pata) y al no encontrarlo se mostraba raro, (es que mi querido no quiso llevarlo porque ocupaba mucho espacio, aunque si hubiera sido por mí hubiésemos llevábamos una caravana)…

Bueno, finalmente tocó volver a casa y dejamos a la mascota con mi suegro, (jejeje, le metimos el perro), al final va a ser cierto el dicho ese: «Cuando un bebé entra por la puerta, el perro se va por la ventana»; bueno es  sólo un préstamo, un par de meses porque luego nos iremos a Argentina y no teníamos con quién dejarle. A todo esto el Tomy, nuestro can, feliz, hasta se metió al mar cuando no lo estábamos viendo…

En el viaje de vuelta tranquilo pero se nos hizo la noche y Samu se pone muy nervioso con la oscuridad, así que me había llevado linternas para poner un poco de luz; ya ven, fui muy preparada, jejeje!!

Al llegar a casa estaba tranquila; aunque sentíamos la ausencia del Tomy, el primer gran viaje había sido superado…

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