Bueno, aquí estoy; hay semanas como esta en la que realmente no encuentro el tiempo que necesito para escribir…
Quería contar que la primer fiesta de su cumple ha sido un éxito; pero no porque todo haya salido bien; (yo, como siempre estaba un poco histérica intentando que no falte nada y por eso no pude atender a nadie como se lo merecía), sino porque lo realmente importante es que nuestro peque se está haciendo grande…
Todavía no es un niño, pero tampoco es ya un bebé, yo creo que está en el entre de esos dos sustantivos…
«Mi bebé-niño o niño-bebé» al que veo tan pequeño y a la vez tan mayor…
¡Qué pasada el tiempo que vuela sin que nos demos cuenta!
Y en un año transforma a un pedazo de carne hiper dependiente en un ser con su carácter, su personalidad, su alegría, sus formas, su ternura…
¡Y que ya entiende todo!, pero ¿cómo pueden ser tan listos?
Si todo lo aprenden antes que nadie, la capacidad de sus aprendizajes es tan grande; Samu está ávido de curiosear, conocer y de aprender; todo lo quiere saber, todo lo quiere imitar, todo quiere hacer, no le teme a nada, son pequeños valientes que se enfrentan a todo…
¡UY!, que me estoy yendo por las ramas, como de costumbre, pero es que me emociono viendo los avances que tiene el peque…
Volviendo al tema del post, la fiesta fue muy bonita, hubo gente hasta la 1am; le hicieron un montón de regalos, la comida estuvo bien, la tarta casera que hice siguiendo la receta de la tradición familiar salio riquísima, pero como estaba apurada, al desmoldarla en caliente se me rompió toda, (por suerte tenía una segunda tarta comprada para la foto), pero nos dimos cuenta que el día que le teníamos que dedicar al peque al final fue más para la gente; comprendimos que es mejor invitar a unos pocos a que el peque se vuelva loco con tanta gente y ruido; así que el día siguiente fue enterito para el flaquito, nos ocupamos de darle mimos, juegos y atenciones hasta el agotamiento…
Pues eso, que entendí que hay que festejar el cumple de nuestros hijos pero no necesariamente con una fiesta sino haciéndole sentir súper mimado y especial y no sólo ese día sino siempre, porque esto los hace a ellos tan felices como a nosotros, los orgullosos papás…