Samu está que no para quieto y yo con el embarazo ya no tengo la agilidad de antes…
Los juegos que solemos hacer son tranquilos, pero por ejemplo si estamos los dos jugando en su habitación, en unas milésimas de segundo se va para el salón, se sube al sofá, corre arriba de un lado a otro y se tira diciendo: ¡pumba!, lo cual es terriblemente peligroso, porque yo ya no llego a tiempo, (hasta que se levanta la panzurriona pueden pasar varios minutos, ¡jajajaja!) y aunque él haya aprendido a bajarse, al no tener conciencia del peligro puede pasar cualquier cosa.
Además, es él quien dirige «la batuta». Ya al levantarnos, pide su desayuno: «bibi, (biberón) o cacau, (la leche que tomo yo con cacao) y tita tate, (galletitas con chocolate) o «pila», (papilla). Enciende la tele, me pide que le ponga a Titi, (Mickey) y después de desayunar dice «queta», (que le ponga la chaqueta a él y a mí) y «pi», (que para él es pasear, por la canción vamos de paseo). Luego, al salir, pide su «cico», (triciclo) o su silla y al «aque», (parque). Me hace ir a tres que están cerca de casa, se sube a toooodos los juegos, (ahora le encantan los puentes o los que están en altura) y yo, termino rendida. Al llegar a casa me dice: «nene ame», (Samu tiene hambre), «mida», (comida), y «tona», (que lo siente en su trona); comemos, mirando sus dibujos preferidos por el youtube , ahora le gusta mucho «Potol», (Pocoyo) y las imágenes de animales con sonidos, que se sabe hasta el orden de los mismos de memoria. Luego me pide el postre, «pan, cotón o tito tate», (flan, yogur de melocotón o postrecito de chocolate), bajarse e ir a jugar a su habitación.
Duerme su siesta y al llegar su padre se vuelve loco, le pide «papi pumba», (que corra y se tire al suelo). Luego juegan a la pelota, corren, derrocha la energía que no pudo derrochar conmigo y así sigue el día, él feliz con su padre y yo descansando un poco. El único que no descansa es mi marido, el pobre sale de trabajar y se ocupa muchísimo de Samu, ya puedo estar agradecida…
En definitiva, ya casi no puedo seguirle el ritmo, tiene muchísima energía y yo cada vez menos. Supongo que con los kilos de más y la barriga esto será cada vez peor, pero sé que también tengo que ir preparándome para lo que viene, que si me canso con uno, no me quiero imaginar con dos…