¡Sí! esta semana el peque cumplió sus 11 meses y ese mismo día, ¡le descubrí jugando que tenía un diente central de los de arriba!
Otra vez había estado dos o tres días con los mismos síntomas que el mes pasado: algo irritable, mucha baba, colitis, el culín y la barbilla rojos; en fin, ¡pobrecito!, si con cada diente le va a ocurrir lo mismo serán otras 17 veces más…
¡Y ya se acerca el primer año! es increíble como pasa el tiempo, ya está tan grande…Y quiere hablar y hacerse entender; ya dice varias palabras con sentido: papá, mamá, nene, guapa, caca; sabe hacer los sonidos de algunos animales: cua cua, (pato) y muuuu, (vaca), y sólo es cuestión de enseñarle la palabra relacionándola con algo que le guste mucho y ya lo aprende…
Le encantan los libros pequeños, (ahora es lo que más le gusta) y se puede pasar mucho rato pasando las páginas y mirando las imágenes, (hasta le da besos a los animales que más le gustan), lo que quiere lo señala o grita mirándolo para que se lo acerques y está imitando todo lo que le pedimos con una facilidad increíble.
Nos sorprende día a día, es una pasada como aprenden solitos siendo tan pequeños. Y Samu es feliz, se lo ve bien, contento todo el tiempo. La verdad es que no llora casi nunca, porque si se pone mal por algo o nervioso suele gritar enfadado, pero no llorando.
Creo que lo estamos haciendo bien, además, creo que me voy a coger un poco mas de excedencia y aplazaré volver a trabajar, invertiremos un tiempito mas en nuestro peque, porque es la mejor inversión que se puede hacer. El tiempo que le damos a nuestros hijos es un tesoro valiosísimo, ¿no lo creen? Yo estoy más que convencida…