Buenas…
Hoy quería hablar de nuestro jefe, y no es nadie que tenga que ver con nuestro trabajo, sino nuestro mas querido y apreciado retoño: el bebé, alias «piqui pu».
Quería contarles que para hacerlo dormir siempre le canto una Manuelita, (una canción de Maria Elena Walsh que es su preferida desde que nació), mientras lo hamaco un poco y le pongo el chupete, con el que se tranquiliza; él por su parte sabe que tiene que dormirse y va cerrando los ojitos, pero, ¿saben que hace un par de días nos pusimos los dos en la cama mirándonos y mientras yo le hablaba y lo acariciaba él también comenzó a hacerlo?, pues al final estuvimos mucho tiempo así, acariciándonos hasta dormirnos. Fue una cosa increíble, momentos mágicos llenos de amor que siempre tendré conmigo.
Bueno, y volviendo al tema que les comentaba al principio, antes el jefe 1 era mi marido, bueno, él decia que era el jefe 1a y yo jefa 1b, como para no hacer demasiadas distinciones, pero resulta que ahora quien ha pasado a primer lugar es el bebé y nosotros quedamos en el último.
Aquí quien maneja todo es Samu, tal como lo decía Freud: «Su majestad, el bebé».
La verdad es que no nos importa estar en segundo lugar; desde que nació Samu él es lo más importante y sus deseos son órdenes para nosotros.
Cualquiera diría que tenemos que empezar a establecer normas, límites, porque sino el peque hará lo que quiera con nosotros y yo contesto a esa gente que por ahora no, que la edad en que los niños interiorizan las normas es alrededor de los 5/6 años. Sí que habrá que enseñarle a que las cosas se consiguen con esfuerzo, a que colabore en casa, etc, pero mientras sea bebé y quizás como límite pongo el año de vida, no pasa nada por no ser estrictos, sino todo lo contrario. Yo misma me he criado así y no me considero ni caprichosa ni maleducada, (ni los demás me consideran así), así que no considero que haya ningún problema.
Pues nada, que aquí les dejo unas fotos de nuestro jefe y la verdad es que estoy encantada de hacer este gran trabajo…